En el mundo de la fama, donde la imagen lo es todo, algunos artistas están dispuestos a pagar —y arriesgar— lo que sea por un cambio físico que los haga resaltar. Y sí, entre esas modas que parecen de ciencia ficción, hay una que cada vez suena más fuerte: la cirugía para cambiar el color de los ojos.
Como reveló recientemente Milenio, este procedimiento promete transformar unos ojos cafés en verdes o azules… pero la realidad es que puede dejar daños graves: desde infecciones hasta pérdida de visión. Aun así, varios famosos han querido probar suerte.
Entre los más comentados está Safaree Samuels, ex de Nicki Minaj, quien contó que someterse a la cirugía fue una de las experiencias más dolorosas de su vida. También Tina Louise, modelo australiana, reconoció que lo hizo buscando una mirada más exótica, pero terminó arrepentida.
Y claro, no podía faltar el toque latino. Ninel Conde, siempre en el ojo del huracán, ha vuelto a dar de qué hablar tras los rumores de un nuevo viaje estético, esta vez a Turquía. Según varios medios de espectáculos, la cantante habría viajado para someterse a un procedimiento correctivo después de una mala experiencia con biopolímeros. Aunque ella misma no ha confirmado el cambio de color de ojos, su nombre volvió a aparecer en la lista de figuras que han llevado las cirugías al límite.
Fiel a su estilo, Ninel aseguró hace poco que lo suyo no es vanidad, sino amor propio: “No es por los demás, es por mí”, dijo en entrevista, dejando claro que seguirá haciéndose arreglos “cuando lo crea necesario”.

Pero más allá del chisme, la reflexión queda: ¿cuánto vale sentirse bien con uno mismo? En un mundo donde la perfección se mide en filtros y bisturís, quizá el verdadero lujo sea aceptar lo que ya te hace diferente.
Al final, la pregunta no es si la cirugía funciona, sino por qué queremos cambiar algo que ya nos hace únicos.
Porque a veces, en la búsqueda de brillar más, terminamos apagando justo lo que nos hacía auténticos.
